Las imperfecciones del acné se dividen en dos categorías: no inflamatorias e inflamatorias. El acné no inflamatorio incluye puntos blancos y puntos negros.
Los puntos blancos son poros cerrados y obstruidos con suciedad, grasa y células cutáneas muertas, que aparecen como protuberancias blancas o carnosas, a menudo con un centro blanco y un halo rojo.
Los puntos negros son poros abiertos y dilatados llenos de folículos obstruidos, que aparecen como pequeñas manchas oscuras, pero no necesariamente más sucias.
El acné inflamatorio es más grave e incluye pápulas, pústulas, nódulos y quistes. Las pápulas son protuberancias elevadas, rosadas y dolorosas debajo de la piel, sin un centro visible, causadas por infecciones o reacciones alérgicas.
Las pústulas (granos) son protuberancias más grandes e inflamadas con centros llenos de pus, a menudo debidos a alergias o poros obstruidos. Los nódulos son bultos duros y dolorosos en la profundidad de la piel que pueden causar cicatrices y se forman cuando los poros obstruidos dañan el tejido subyacente. Los quistes son pústulas infectadas que se convierten en bultos grandes, blandos y dolorosos en la profundidad de la piel y que a menudo dejan cicatrices graves. El acné inflamatorio suele requerir tratamiento médico.