Lo que comenzó como una parada de tráfico de rutina en Nashville rápidamente se convirtió en tragedia. El oficial Josh Baker detuvo un Chevrolet Camaro negro registrado a nombre del delincuente buscado Demond Buchanan. Al volante estaba Nika Holbert, de 31 años, quien al principio parecía cooperativa.
Las imágenes de la cámara corporal muestran a Baker encontrando un polvo sospechoso en su bolso. Cuando intentó arrestarla, Holbert se resistió, gritando que no había hecho nada malo. Se subió al auto, ignoró la pistola eléctrica y sacó un arma. Baker gritó: “¡Suelte el arma!”, pero recibió un disparo debajo del chaleco.
A pesar de estar herido, Baker respondió con fuego mientras Holbert huía. Se estrelló cerca, arrojó el arma y murió en el hospital. Baker fue operado y se espera que se recupere.
La Oficina de Investigación de Tennessee revisa el caso, mientras el jefe John Drake destacó los intentos de Baker con medidas no letales. La madre adoptiva de Holbert reconoció el error de su hija, pero cuestionó el desenlace fatal, subrayando cómo el miedo y decisiones en segundos pueden convertir una parada rutinaria en tragedia irreversible.