Mark invitó a su esposa Laura a un paseo romántico en su yate, pero lo que ella creyó un momento de reconciliación fue el comienzo de su pesadilla. Al acercarse a la barandilla, Mark la empujó al mar con la intención de apropiarse de su fortuna junto a su amante. Laura estuvo entre la vida y la muerte, pero sobrevivió.
Pasaron tres años de aparente tranquilidad mientras Mark y su amante Carla disfrutaban sus ganancias, viajes y su nueva vida frente al mar. Hasta que una carta anónima alteró el orden: decía simplemente “Ella no se ahogó.” A partir de ese día, Mark empezó a sentirse observado, recibió llamadas mudas, su amante notó huellas misteriosas y señales inquietantes alrededor de su casa.
Luego llegó una foto de una mujer parecida a Laura con el mensaje “He vuelto”, junto a documentos y testigos que revelaron que Mark había planeado el ataque. Laura había orquestado un plan para recuperar su empresa, destrozar los negocios de Mark poco a poco y exponer la verdad en tribunales. Al final, la justicia, según sus reglas, se impuso.