Michael Whitmore, millonario en bienes raíces, regresó inesperadamente a su mansión tras dos meses de viaje sin avisar a nadie. Al llegar, se dirigió a la guardería de su hija Emily y descubrió a Gloria, su niñera, alimentándola con un frasco oculto que no formaba parte de su dieta oficial. Lleno de furia y temor, exigió explicaciones.
Gloria confesó que era un remedio casero “para fortalecerla”, pero Michael llamó de inmediato al pediatra, Dr. Reynolds. Al analizar la mezcla, el médico encontró avena, manzanilla y miel, esta última peligrosa para bebés por riesgo de botulismo.
Emily no mostró daños, pero Michael se sintió traicionado y aterrado por el peligro al que su hija estuvo expuesta. Finalmente, le dio a Gloria una última oportunidad bajo estrictas reglas: nada sin su aprobación ni la del pediatra. Aunque reconoce su dedicación, Michael reafirma que la seguridad de Emily es sagrada y no permitirá más secretos.