Los peores temores de Whitney Decker se hicieron realidad cuando sus tres hijas—Paityn (9), Evelyn (8) y Olivia (5)—fueron encontradas muertas en un campamento remoto en Leavenworth. A pesar de las repetidas advertencias de Whitney sobre su padre, Travis Decker, quien padecía PTSD y trastorno límite de la personalidad, las autoridades desestimaron sus preocupaciones.
Cuando las niñas no regresaron de un fin de semana de visita, los intentos de Whitney de emitir una Alerta Amber fueron rechazados, ya que el caso no cumplía con los criterios necesarios. Travis Decker sigue siendo el principal sospechoso, evadiendo la captura y profundizando el dolor de la familia.
Esta tragedia pone de relieve fallas del sistema, incluyendo altos umbrales para emitir Alertas Amber y respuestas insuficientes ante señales de advertencia tempranas. Defensores exigen reformas para mejorar la protección infantil y la detección de problemas de salud mental. El caso ha generado indignación nacional, y campañas como #JusticeForTheDeckerGirls piden acciones inmediatas para prevenir futuras tragedias.