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Jelly Roll está convirtiendo su granja en Tennessee en un santuario para adictos y almas heridas, construido en la misma tierra donde alguna vez se escondió de su pasado.

Antes de convertirse en una estrella de la música country, Jelly Roll —cuyo nombre real es Jason DeFord, originario de Antioch, Tennessee— vivió años marcados por la adicción, la cárcel y el dolor. Fue tras las rejas donde descubrió la música, una fuerza que le devolvió la esperanza y el propósito.

Hoy, Jelly Roll canaliza su redención en algo más grande: transformar su granja en Tennessee en “The Field of Grace”, un centro de recuperación para la salud mental y las adicciones.

En una entrevista con American Songwriter, explicó que el lugar ofrecerá terapia, apoyo comunitario y programas creativos como composición y grabación musical, ayudando a otros a sanar a través del arte, tal como él lo hizo.

Sobrio desde hace años, Jelly Roll afirma: “Esta tierra cambió mi vida. Ahora es momento de que cambie la de alguien más.”

Apoyado por su esposa, Bunnie XO, y aclamado por sus fans, su proyecto ha sido llamado su “verdadero legado”: una prueba viva de que la redención puede transformar vidas.

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Jelly Roll is turning his Tennessee farm into a sanctuary for addicts and broken souls, built on the same land where he once hid from his past