Arthur pasó semanas planeando unas vacaciones secretas con su joven amante. Escondió los documentos del viaje en su coche y le dijo a su esposa que tenía un “viaje de negocios urgente”. Distante y frío desde hacía meses, nunca imaginó que ella ya sospechaba todo. Esa noche, cuando él se quedó dormido, su esposa bajó al garaje y revisó el coche. En pocos minutos encontró el paquete de vacaciones para dos, con el nombre de la amante claramente escrito. Impactada pero serena, pasó la noche preparando su venganza.
Al amanecer, su plan estaba listo. Llenó varias bolsitas transparentes con harina y las colocó dentro de la maleta de Arthur, sabiendo que parecerían algo sospechoso en el aeropuerto. Cuando Arthur y su amante pasaron por seguridad, las alarmas saltaron. Él fue llevado a una sala para ser interrogado, aterrado mientras los oficiales sostenían las bolsitas de polvo blanco. Horas después, confirmaron que solo era harina, pero su vuelo ya había partido y su amante se había marchado. Al volver a casa, derrotado, encontró la casa vacía. Su esposa y sus hijos se habían ido.

