En los años 70, Robby Benson se convirtió en un ídolo juvenil gracias a su carisma y talento. Sin embargo, detrás de su sonrisa y sus ojos azules, enfrentaba un serio problema cardíaco congénito que lo llevó a cuatro cirugías de corazón abierto a lo largo de su vida. Lejos de rendirse, transformó sus desafíos en creatividad y crecimiento personal.
Desde joven, Benson destacó como actor y guionista; a los 17 años ya vendía su primer guion, y películas como One on One e Ice Castles consolidaron su imagen de ídolo romántico. Consciente de su salud, exploró la actuación de voz, destacando como la Bestia en Beauty and the Beast, y se dedicó a la docencia, compartiendo su experiencia en universidades y dirigiendo episodios de series icónicas como Friends.

En 2002 se mudó con su familia a una granja en Carolina del Norte, enfocándose en la escritura, su bienestar y la vida familiar junto a su esposa Karla DeVito y sus hijos. Hoy, a los 69 años, sigue activo, positivo y admirado, demostrando que la autenticidad y la pasión superan la fama efímera.

