Una mujer de 55 años con hipertensión y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) experimentó un giro inesperado después de cambiar su terapia inhalada. Anteriormente estable con enalapril y formoterol, su neumólogo le recetó un nuevo inhalador combinado con indacaterol y glicopirronio. Solo 48 horas después, comenzó a presentar placas rojas dolorosas en la cara y el cuello, junto con fiebre baja.
A pesar de no haber cambios recientes en su dieta ni en productos cosméticos, y sin signos de infección, una biopsia cutánea reveló un diagnóstico sorprendente: síndrome de Sweet, una rara enfermedad cutánea mediada por el sistema inmunológico. Lo que hace excepcional este caso es que el desencadenante fue el nuevo inhalador, un efecto secundario casi inédito.
Tras suspender el medicamento y comenzar tratamiento con corticosteroides, las lesiones desaparecieron por completo. El caso resalta la importancia de que los médicos estén atentos a reacciones inusuales ante nuevos tratamientos, incluso aquellos considerados seguros y rutinarios en el manejo de enfermedades respiratorias crónicas.
