in

El día de mi boda, justo cuando estaba a punto de decir mis votos, mi dama de honor…

La sala quedó en un silencio atónito, susurros de incredulidad flotaban como hojas secas. Mi corazón estaba pesado, pero firme; este era el final de una sinfonía de mentiras, y yo estaba lista para dirigirlo.

Karen yacía en el suelo, su valentía hecha añicos, con lágrimas corriendo por su rostro tembloroso. Colton me tomó la mano, con la voz quebrada: “Anna, yo—”

“Guárdalo,” lo interrumpí con firmeza. “Tú tomaste tus decisiones, y yo también.”

Me giré hacia los invitados y hablé con claridad: “Lamento el drama, pero la honestidad importa, incluso hoy.”

El ministro dudó. “Anna, ¿qué quieres hacer?”

Respiré hondo. “Esta boda queda cancelada. Pero la celebración… sigue en pie.”

Entre jadeos y murmullos, sonreí: “Comamos, bebamos y celebremos la libertad. Hoy es el primer día de mi nueva vida.”

Caminé lejos, con el velo arrastrando, dejando atrás la traición. Mientras el sol acariciaba mi rostro, me sentí más ligera, lista para convertir el dolor en fuerza y escribir el próximo capítulo en mis propios términos.

Written by admin

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

On my wedding day, just as I was about to say my vows, my maid…

DID YOU KNOW that if hair grows on your ears, it’s because your body is…