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Lo que comenzó como una broma ligera se convirtió en uno de los regalos más significativos que una madre podría recibir.
Cuando Melanie Shaha, de Arizona, perdió el cabello tras un tratamiento de radiación por un tumor cerebral benigno recurrente, su hijo Matt, de 27 años, bromeó diciendo que debería dejarse crecer el pelo para hacerle una peluca. Melanie rechazó la oferta, sin querer incomodarlo, pero Matt insistió.
Durante más de dos años y medio dejó crecer su cabello. Cuando alcanzó la longitud perfecta, unos amigos ayudaron a cortarlo y Matt gastó 2.000 dólares para que lo cosieran a mano, convirtiéndolo en una peluca ligera y cómoda.
“Lloramos de felicidad en cuanto comenzaron a cortar,” recordó Melanie. Al verla con la peluca terminada, Matt dijo: “Es la primera vez que la veo lucir como ella misma en casi cuatro años.”
Melanie estaba encantada, describiéndolo como un regalo inolvidable de amor. “Llena tu corazón, sin duda,” dijo, sonriendo mientras Matt sonreía orgulloso a su lado.
