Ya sea que te gusten revueltos, fritos o hervidos, los huevos son una excelente opción alimenticia por muchas razones. Son ricos en proteínas, esenciales para el crecimiento y la reparación muscular. Además, contienen vitaminas y minerales, y la yema es especialmente rica en colina, que favorece la función cerebral.
También aportan grasas saludables y son bajos en calorías, lo que los convierte en una opción ideal para el desayuno tanto para niños como para adultos.
Si eres de los que prefieren los huevos duros, seguramente has notado un anillo de color verde alrededor de la yema.
¿Te preguntas si los huevos así son seguros para consumir? La respuesta es sí. Ese color verde se debe a una reacción química totalmente inofensiva: el azufre de la clara reacciona con el hierro de la yema cuando el huevo se cocina en exceso.
Si bien este cambio de color no afecta su seguridad ni sabor, si prefieres que no aparezca, puedes evitarlo controlando bien el tiempo de cocción y enfriamiento.
¿Cómo hervir huevos correctamente para evitar el anillo verde?
Coloca los huevos en una olla y cúbrelos con agua fría, aproximadamente una o dos pulgadas por encima de ellos.
Lleva el agua a ebullición a fuego medio.
Cuando comience a hervir, apaga el fuego inmediatamente y tapa la olla.
Deja reposar los huevos en el agua caliente.
Para yemas suaves: déjalos durante 9 minutos.
Para huevos completamente duros: entre 11 y 12 minutos.
Sácalos y colócalos en agua con hielo durante unos 5 minutos.
Consejos extra:
Para pelarlos con más facilidad, hazlo bajo agua corriente.
Para evitar que se agrieten mientras hierven, añade una cucharada de vinagre o una pizca de sal al agua.
Los huevos hervidos sin pelar pueden conservarse en el refrigerador hasta una semana. Una vez pelados, deben consumirse en un plazo de 2 a 3 días.
Así que, ¡no temas al anillo verde! Pero si prefieres un huevo perfecto, ya sabes cómo lograrlo. 🍳