El 19 de septiembre de 2017 quedó marcado como uno de los días más trágicos y conmovedores en la historia reciente de México. Exactamente 32 años después del devastador sismo de 1985, un nuevo terremoto de magnitud 7.1 sacudió la Ciudad de México, dejando muerte, destrucción y un inmenso espíritu de solidaridad.
Uno de los momentos más impactantes ocurrió en la colonia Roma Sur, donde un edificio de seis pisos ubicado en Álvaro Obregón estuvo al borde del colapso. Testigos contaron que, segundos después de iniciarse el movimiento, las paredes comenzaron a agrietarse y el concreto caía como si se tratara de una demolición.
“Los vidrios explotaban, el edificio se movía como si fuera de papel. Pensé que no saldríamos vivos”, relató una sobreviviente que logró escapar justo antes del derrumbe parcial.
Minutos después, la estructura cedió en su parte central, dejando a varios ocupantes atrapados entre los escombros, mientras equipos de rescate y voluntarios se apresuraban a salvar vidas.

