Lauren Draper, madre de 22 años de Cardiff, vivió un embarazo extraordinario cuando su barriga creció de manera excepcional debido a polihidramnios, una acumulación excesiva de líquido amniótico. La condición hizo que extraños reaccionaran con asombro y bromas, pensando que llevaba varios bebés o que su abdomen era artificial.
El líquido se acumulaba porque su bebé no lo tragaba, provocando un crecimiento acelerado del útero que comenzó a notarse desde la semana 29 y causó molestias físicas importantes, incluyendo hematomas en las costillas y dificultades para moverse. Ingresó al hospital en la semana 31 por riesgo de prolapso del cordón.

A las 34 semanas, tras romper fuente, sufrió una hemorragia por desprendimiento de placenta que llevó a una cesárea de emergencia. Su hija Olyve nació con problemas respiratorios, pero con un peso saludable de 2,75 kg, y lucha por recuperarse mientras Lauren mantiene la esperanza y demuestra una resiliencia admirable.

