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Patricia Krentcil, conocida popularmente como “Tan Mom” (la mamá bronceada), saltó a la fama en 2012 cuando fue acusada de llevar a su hija de 5 años a una cabina de bronceado. Aunque más tarde fue absuelta, su apariencia extremadamente bronceada y el caso de presunto peligro infantil causaron un gran revuelo mediático. Muchas personas que la conocían confirmaron que Patricia tenía una larga obsesión con el bronceado artificial.
Sin embargo, su vida no se limita solo a esa polémica. En 2019, Patricia enfrentó una grave crisis de salud. Tras contraer neumonía, fue puesta en coma inducido y conectada a soporte vital. Más tarde reveló que también sufrió un paro cardíaco, pancreatitis e infección pulmonar severa. “Todo mi cuerpo murió”, declaró. Milagrosamente, se recuperó por completo y calificó la experiencia como “triste pero transformadora”.
En 2021, comenzó a hablar públicamente sobre el impacto que la fama repentina tuvo en su vida. “Me apodaron ‘Tan Mom’ y fue como una tormenta masiva”, dijo. Siempre ha sostenido que no hizo nada malo y que el dueño del salón confirmó que su hija nunca estuvo dentro de la cabina. Aun así, el escándalo le costó caro: emocional, financiera y personalmente. Perdió dos casas, y en ese mismo año falleció su esposo Richard, su principal apoyo.
En 2022, Patricia afirmó haber hecho grandes cambios en su vida, asegurando que ya no salía de fiesta y que había “cambiado completamente su actitud”. Aunque una visita a un spa en Florida generó dudas sobre si había dejado el bronceado, una publicación en Instagram de enero de 2023 mostró un cambio notable en su aspecto: un tono de piel mucho más natural y moderado. Sus seguidores elogiaron su transformación, llamándola “hermosa” y “maravillosa”. Esta nueva imagen sugiere que Patricia podría estar iniciando un nuevo capítulo: uno de sanación y renovación.
